5 claves poderosas para mejorar tu roi
- Ricardo San Martín Del Castillo
- hace 2 días
- 7 Min. de lectura

Cuando hablamos de resultados en un negocio, proyecto o campaña, una cosa está clara: no basta con “hacer muchas cosas”, hay que saber qué funciona y qué no. Ahí entra en juego el roi, un indicador que te ayuda a entender si la inversión que haces realmente vale la pena.
Da igual si se trata de publicidad, formación del equipo, nuevas herramientas o una reforma del local. Si quieres crecer de forma sostenible, necesitas medir qué te devuelve cada euro que pones en juego. En este artículo veremos qué es el roi, cómo se calcula y, sobre todo, 5 claves prácticas para mejorarlo sin complicarte con tecnicismos.
Introducción: por qué el roi importa más que nunca
En un entorno donde los costos suben, la competencia aumenta y los recursos no son infinitos, decidir dónde invertir se vuelve crucial. Muchas empresas y emprendedores caen en la trampa de:
Invertir en acciones “de moda” solo porque otros lo hacen.
Gastar en campañas sin objetivos claros.
No medir resultados con números, solo con sensaciones.
El roi te ayuda a salir de ese camino incierto. Es como un semáforo que te indica:
Qué inversiones acelerar.
Cuáles mantener bajo vigilancia.
Cuáles deberías frenar cuanto antes.
Cuando empiezas a mirar tus decisiones con esta lente, algo cambia: dejas de trabajar solo con intuición y pasas a gestionar con datos.
Qué es el roi y cómo se interpreta en la práctica
Definición sencilla de roi
Las siglas roi vienen de Return On Investment, es decir, retorno sobre la inversión. En palabras simples:
El roi te dice cuánto ganas (o pierdes) en relación a lo que has invertido.
Si inviertes 100 y recuperas 150, tu inversión fue positiva. Si inviertes 100 y recuperas 80, algo hay que revisar.
Fórmula básica para calcular el roi
La fórmula clásica es:
ROI = (Ganancia obtenida – Inversión) ÷ Inversión × 100
Un ejemplo rápido:
Inversión: 1.000 €
Ganancia generada: 1.500 €
ROI = (1.500 – 1.000) / 1.000 × 100 = 50 %
Eso significa que, además de recuperar tu inversión, obtuviste un 50 % extra.
Ejemplos rápidos de roi en negocios y marketing
Campaña de anuncios: Inviertes 300 € en publicidad y consigues ventas por 900 €.Ganancia = 900 – 300 = 600.ROI = 600 / 300 × 100 = 200 %.
Compra de máquina nueva: Pagas 5.000 € por una máquina que, en un año, te genera 8.000 € más de ingresos.Ganancia = 8.000 – 5.000 = 3.000.ROI = 3.000 / 5.000 × 100 = 60 %.
Estos números te ayudan a comparar decisiones: ¿es mejor invertir en publicidad, en herramientas, en personal? Con el roi ya no decides a ciegas.
Diferencias entre roi y otros indicadores financieros
Roi vs. margen de beneficio
El margen de beneficio te indica qué porcentaje de tus ingresos es ganancia, pero no tiene en cuenta la inversión como tal. En cambio, el roi compara directamente ganancia vs. inversión, lo que resulta más útil para analizar proyectos o campañas concretas.
Roi vs. ROAS y otros indicadores de marketing
En marketing digital aparece mucho el ROAS (Return On Ad Spend), que mide el retorno de lo invertido solo en publicidad. El roi va más allá:
Incluye otros costos (tiempo del equipo, herramientas, comisiones, etc.).
Te da una visión más completa de la rentabilidad real.
Por eso es buena idea usar varios indicadores, pero tomar el roi como punto de referencia global.
5 claves poderosas para mejorar tu roi
Aquí viene la parte práctica: cómo pasar de medir a mejorar.
Clave 1: Definir objetivos claros y medibles antes de invertir
Antes de lanzar una acción, pregúntate:
¿Qué quiero lograr exactamente?
¿Cuántas ventas, registros o contactos espero?
¿En cuánto tiempo quiero ver resultados?
Por ejemplo, no es lo mismo “quiero más seguidores” que “quiero 100 leads cualificados en 30 días”. Si defines objetivos concretos, luego podrás calcular el roi con mucha más claridad y decidir si esa inversión se repite, se ajusta o se abandona.
Clave 2: Conocer todos los costos reales de tu proyecto
Un error muy común es contar solo el dinero “visible” (por ejemplo, lo que pagas en anuncios), pero olvidar:
Horas del equipo.
Herramientas o suscripciones usadas.
Comisiones de plataformas de pago.
Costes de diseño, producción, envíos, etc.
Si subestimas los costos, tu roi parecerá mejor de lo que es. Para mejorar de verdad, necesitas un cálculo honesto. Haz una lista de todos los elementos que intervienen y ponles un valor aproximado.
Clave 3: Optimizar canales y acciones con mejores resultados
No todos los canales dan el mismo rendimiento. Tal vez:
Las campañas en una red social generan muchos clics, pero pocas ventas.
El email marketing trae menos visitas, pero con más intención de compra.
Las recomendaciones de clientes (boca a boca) son muy rentables.
Cuando calculas el roi por canal, puedes:
Aumentar la inversión en los que mejor funcionan.
Reducir o pausar los que no dan resultados.
Ajustar el mensaje donde veas potencial pero bajo rendimiento.
La idea es que cada euro trabaje en el lugar donde más rinde.
Clave 4: Testear, medir y ajustar de forma continua
Mejorar el roi no es algo que se hace una vez, sino un proceso constante. A esto se le suele llamar “test A/B” o pruebas controladas.
Puedes probar:
Dos titulares distintos en un anuncio.
Dos imágenes distintas para el mismo producto.
Dos páginas de destino (landing pages) con estructuras diferentes.
Después mides:
Cuál tuvo más clics.
Cuál generó más formularios enviados.
Cuál logró más compras.
Te quedas con la mejor opción y vuelves a probar una nueva mejora. Es como ir puliendo un diamante paso a paso.
Clave 5: Aumentar el valor de cada cliente (LTV)
Una forma muy potente de mejorar tu roi es aumentar lo que cada cliente te compra a lo largo del tiempo, también llamado LTV (Lifetime Value).
Algunas ideas:
Ofrecer productos complementarios.
Crear programas de fidelización y recompensas.
Mantener el contacto con newsletters útiles.
Cuidar mucho la experiencia postventa.
Si un cliente no te compra solo una vez, sino varias, el roi de la inversión inicial se multiplica.
Cómo aplicar el roi en campañas de marketing digital
Ejemplo práctico: campaña en redes sociales
Imagina que inviertes 400 € en anuncios y:
Recibes 1.000 clics a tu web.
Consigues 50 ventas de 30 € cada una.
Ingresos = 50 × 30 = 1.500 €.Ganancia = 1.500 – 400 = 1.100 €.ROI = 1.100 / 400 × 100 = 275 %.
Con ese dato, puedes decidir:
Mantener la campaña tal como está.
Subir el presupuesto para llegar a más personas.
Probar variaciones para intentar mejorar aún más.
Ejemplo práctico: campaña de email marketing
Inviertes tiempo y una pequeña herramienta de envíos por valor de 50 €.Enviando una campaña a tus suscriptores logras 10 ventas de 100 €.
Ingresos = 1.000 €.Ganancia = 1.000 – 50 = 950 €.ROI = 950 / 50 × 100 = 1.900 %.
Tal vez el alcance es menor que en redes, pero el roi es mucho más alto. Esa información te ayuda a priorizar.
Herramientas básicas para medir y seguir el roi
Hojas de cálculo y paneles sencillos
Puedes empezar con:
Una hoja de cálculo donde registres inversión, ingresos y roi de cada campaña.
Un panel simple con gráficos para ver qué canales funcionan mejor.
No hace falta un sistema complejo al principio; lo importante es ser constante con el registro de datos.
Plataformas de analítica y seguimiento de conversiones
Herramientas de analítica web, píxeles de seguimiento y paneles de campaña te permiten saber:
De dónde vienen tus visitas.
Cuáles convierten mejor.
Qué acciones realizan antes de comprar.
Si quieres profundizar en conceptos técnicos, una referencia útil es la documentación de analítica y medición de resultados disponible en sitios especializados como Investopedia o la documentación para desarrolladores de Google Analytics.
Errores comunes al trabajar con roi
Algunos fallos frecuentes que conviene evitar:
Mirar solo el corto plazo: algunas inversiones tardan más en mostrar resultados.
Ignorar el contexto: un roi más bajo puede ser aceptable si te abre nuevas oportunidades (por ejemplo, entrar en un mercado nuevo).
Comparar proyectos muy distintos con el mismo criterio: no es lo mismo una campaña táctica de ventas que una inversión en marca a largo plazo.
No actuar con los datos: medir sin tomar decisiones es perder tiempo. El objetivo es aprender y ajustar.
Preguntas frecuentes sobre roi
1. ¿Qué es un buen roi?
Depende del tipo de negocio y del riesgo. En general, un roi positivo (mayor a 0) indica que ganas más de lo que inviertes. A partir de ahí, debes compararlo con otras opciones de inversión y con tus propios objetivos.
2. ¿Cada campaña debe tener su propio roi?
Lo ideal es que sí. Así puedes saber qué acciones aportan más valor y dónde conviene poner más recursos.
3. ¿Puedo calcular el roi si no sé el beneficio exacto?
Puedes usar estimaciones razonables. Por ejemplo, si sabes el valor medio de cada cliente y cuántos clientes nuevos ha generado una acción, podrás aproximar el roi. Lo importante es ser consistente con el método.
4. ¿El roi se aplica solo a marketing?
No. Puedes usarlo para casi cualquier inversión: maquinaria, formación, software, eventos, etc. Siempre que puedas estimar ingresos o ahorros generados, podrás calcular un roi aproximado.
5. ¿Cada cuánto debo revisar el roi?
Depende del tipo de acción:
Campañas cortas: cada semana o al finalizar.
Proyectos medianos: cada mes o trimestre.
Inversiones grandes: revisar por fases, según hitos definidos.
Lo importante es fijar una frecuencia y respetarla.
6. ¿Qué hago si el roi es negativo?
No es motivo para entrar en pánico, pero sí una señal de alerta. Revisa:
Si has contado bien todos los costos.
Si la acción tuvo tiempo suficiente para dar resultados.
Qué partes del proceso fallaron (mensaje, público, canal, producto).
Con esa información, decide si merece la pena ajustar y repetir, o si es mejor redirigir la inversión a otro lugar.
Conclusión: convertir el roi en un hábito de gestión
El roi no es solo una fórmula en un papel, es una forma de pensar tus decisiones. Cuando te acostumbras a preguntarte “¿qué retorno espero de esto?” antes de invertir tiempo y dinero, empiezas a gestionar con más claridad y menos improvisación.
No necesitas ser experto en finanzas: basta con entender la lógica básica, registrar tus datos y usarlos para mejorar. Empieza con un par de proyectos, calcula su roi, compáralos y toma pequeñas decisiones basadas en lo que ves. Con el tiempo, este hábito puede marcar la diferencia entre un negocio que “sobrevive” y uno que crece con intención y estrategia.


